el objeto vive a veces en una especie de contradicción, entre las decisiones que debe acometer cada día en el trabajo y las órdenes que debe obedecer el resto del tiempo, el resto de su vida. no es una situación fácil. en muchas ocasiones la contradicción es paradójica pero en otras es irresoluble. por eso tal vez le gustan al objeto aquellas imágenes y relatos que muestran esa contradicción, como la de hoy. el lederón parece feliz, hasta el punto de gastar una especie de broma. no hay lugar a dudas, es un esclavo que le gusta el bdsm, la muñequera es suficientemente evidente. el cuero que lleva cuesta bastante, varios cientos de euros, si no más. sin embargo está en un entorno bastante estropeado. posiblemente sea un granero o un sótano. hay humedades, se está cayendo la pintura en varios lugares y de la pared cuelgan ganchos, ruedas como de bicicleta y una lámpara que conoció mejores días. el objeto encuentra una contradicción entre la ropa del inferior y el entorno en el que está. pero esta es una de esas contradicciones paradójicas. nos ponemos de punta en blanco, nos gastamos cientos de euros en botas y cuero para luego arrastrarnos por callejones, sótanos, mazmorras o espacios de almacenamiento como este. nos gusta lo más elevado pero para usarlo en los sitios y de la forma más baja. así somos, y al objeto le gusta que así sea.
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