miércoles, 16 de noviembre de 2022

minirelato

cualquier intento de protesta desapareció cuando el Amo metió la mordaza en su boca. era una mordaza de bola, muy grande, demasiado grande. aprovechó al cerrarla tras el cuello para apretarla aún más y ajustarla. al terminar no podía mover los labios, ni la boca. pronto empezó a formarse saliva y a caer descontroladamente. desesperado solo pudo abrir y cerrar las manos que tenía atadas a sendos postes de la mazmorra.

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