la libertad se ha convertido en un valor tan absoluto en el mundo occidental que la posibilidad de vivir encerrado constituye una aberración sin sentido. pensamos que ese es el estado natural de las cosas pero a lo largo de la historia no fue así. cientos de miles de persona vivieron encerrados en monasterios por libre voluntad creyendo que, precisamente esa vida, los haría libres. y no se refiere el objeto solo al mundo occidental. los ascetas de orienta lo hacían en cuevas o lugares aún más pequeños que un monasterio europa medieval. el ideal interior se anteponía a las condiciones circundantes y la posibilidad de hacer lo que quiera se convertía en una especie de condena que se compensaba con una vida guiada y ordenada por una regla estricta. los paralelismos con la forma más radical de bdsm, aquella que ve la Dominación/sumisión como una forma de vida, son evidentes. desde esta perspectiva vivir en una celda, tras unos barrotes, sometido a la autoridad de un Amo, guiado por un orden estricto, teniendo toda la vida organizada, no parece una forma de vivir tan desdeñable. hay gente así. hay sumisos así. hay inferiores así. podría considerarse que son los nuevos "monjes" postmodernos, para los que la libertad constituye una carga casi insoportable. para ellos arrodillarse ante un Amo tras unos barrotes no sólo no es un problema sino que constituye una liberación.
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