jueves, 10 de noviembre de 2022

día 4681 de esclavitud, castrado permanentemente

siempre está el peligro de perderse, de apartarse del camino. el trato con el ego, con los egos, puede hacer que acabes confundido y pensando que la realidad que ellos te plantean es la realidad, o tu realidad. hoy ha sido uno de esos días en los que el objeto ha visto la tentación de cerca, no de abandonar, no de huir, sino de aceptar como válido algo que no lo es. afortunadamente el Dueño siempre está ahí para centrar al objeto. no, no vayan a pensar que está esto hablando de un demonio con cuernos que se le presentó para tentarle con alguna cosa. no. sencillamente la dinámica de vivir entre los humanos hizo que el objeto estuviera triste y alicaído, serio y pensando si algunas cosas merecían la pena. y entonces viene el Dueño y dice una frase lapidaria: "tú ya no tienes nada que ver con ese mundo". y así es. esto ya no tiene que ver con esas luchas intestinas por sobresalir, por imponerse, por salir en la foto. está en otro nivel, más abajo, pero otro nivel. no puede ser humillado porque no tiene orgullo. no puede ser criticado porque la obediencia está por encima de todo. no puede fracasar al igual que no puede tener éxito. cuando el Dueño le dijo eso sintió como se quitaba un enorme peso de encima, otra vez, y como volvía la paz.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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