siempre está el
peligro de perderse, de apartarse del camino. el trato con el ego, con
los egos, puede hacer que acabes confundido y pensando que la realidad
que ellos te plantean es la realidad, o tu realidad. hoy ha sido uno de
esos días en los que el objeto ha visto la tentación de cerca, no de
abandonar, no de huir, sino de aceptar como válido algo que no lo es.
afortunadamente el Dueño siempre está ahí para centrar al objeto. no, no
vayan a pensar que está esto hablando de un demonio con cuernos que se
le presentó para tentarle con alguna cosa. no. sencillamente la dinámica
de vivir entre los humanos hizo que el objeto estuviera triste y
alicaído, serio y pensando si algunas cosas merecían la pena. y entonces
viene el Dueño y dice una frase lapidaria: "tú ya no tienes nada que
ver con ese mundo". y así es. esto ya no tiene que ver con esas luchas
intestinas por sobresalir, por imponerse, por salir en la foto. está en
otro nivel, más abajo, pero otro nivel. no puede ser humillado porque no
tiene orgullo. no puede ser criticado porque la obediencia está por
encima de todo. no puede fracasar al igual que no puede tener éxito.
cuando el Dueño le dijo eso sintió como se quitaba un enorme peso de
encima, otra vez, y como volvía la paz.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
jueves, 10 de noviembre de 2022
día 4681 de esclavitud, castrado permanentemente
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