¿son las mismas botas de ayer? parecen más nuevas, más recientes. ¿realmente, objeto, te preguntas eso ante una imagen como esta? cada FdD es como una especie de monólogo, de diálogo que mantiene el objeto consigo mismo sobre lo que siente, lo que desea, lo que espera, lo que ha reflexionado, lo que desea vivir. y cada vez que lo hace ve la mano del Dueño presionando su conciencia, interviniendo, casi podría decirse que moviendo los hilos de sus neuronas, guiando su pensamiento. desde ahí reconoce lo que está viendo como obra del Dueño porque tiene dos de los elementos principales en su imaginario fetichistas: las botas y el bondage, especialmente el de cuerdas. todo lo demás casi parece accesorio. si estos dos elementos están, el Dueño es feliz. y por extensión el objeto se da cuenta de que también. ahí está su poder, ahí está su fuerza y su control. llega un momento en el que el propio objeto duda de si está pensando el objeto o el Dueño ha colonizado tanto su mente que solo existe el pensamiento del Dueño.
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