sábado, 8 de octubre de 2022

día 4649 de esclavitud, castrado permanentemente

hoy es el cumpleaños del Dueño, y es la primera vez que el objeto lo pasa en su presencia. por eso ha sido un día especial. el objeto iba preparado a que hoy el Dueño estuviera ocupado y atareado, recibiendo felicitaciones constantemente, como así ha sido. también esperaba visitas de sus allegados así que no tenía ninguna esperanza de ser usado pero no importaba. estaba allí, junto al Dueño. tras despertar y ducharse, el objeto recibió orden del Dueño de que iban a salir. Él iba a ir a una feria de discos que se celebraba en madrid y quería que el objeto deambulara y cumpliera sus "rituales" de cada viaje: desayunar en el mystic, visitas berkana, etc. el objeto seguía sin pronunciar palabra, y que eran tres días: jueves, viernes y sábado; y tres días fueron porque hoy tampoco el objeto habló nada. siguiendo órdenes del Dueño cogimos el metro y el objeto se bajó en chueca mientras el Dueño seguía. cuando terminara el Dueño diría al objeto donde encontrarse, posiblemente en sol. curiosamente, al ser sábado, mystic y berkana abrían a media mañana y era muy temprano, así que el objeto se sentó a desayunar en una cafetería de la calle hortaleza. luego se dedicó a deambular por el centro, recorriendo algunas tiendas. había mucha gente, muchísima gente, y eso agobió al objeto. curiosamente, en otros viajes, esta salida animaba al objeto. le permitía ver cosas, comprar algún libro o similar. en esta ocasión las sensaciones fueron diferentes. el objeto se sentía incómodo, mal entre tanta gente. después de haber pasado todo el tiempo desde que llegó encerrado en su celda, siendo solo sacado para ser usado por el Dueño, ahora se sentía extraño entre tanta gente, entre tantos humanos. el objeto recorrió la gran vía y pasó por fnac, sin hablar con nadie, en silencio. a medida que pasaba el tiempo, sin el Dueño cerca, el objeto empezaba a sentirse peor. no quiere decir angustiado, pero sí incómodo de ver y estar cerca de tanta gente. pensaba que lo único que quería era estar encerrado en la oscuridad de su celda. cuando el Dueño lo llamó y le dijo que lo esperara en sol, el objeto fue para allá y espero hasta que llegara, profundizando en estos sentimientos y en esta idea de que no deseaba estar en la calle.
cuando el Dueño llegó había comprado tres discos y había pasado algo extraño. los botones de su camisa habían saltado por los aires. no se imaginó el objeto que una feria de discos pudiera ser un lugar tan "peligroso", pero tampoco preguntó al Dueño como había ocurrido. realmente no dijo nada. el Dueño fue a comprar unos dulces para sus familiares y tomamos un refresco. volvimos a casa y el Dueño ordenó al objeto que se volviera a poner las botas rojas. durante toda la mañana el objeto no había pronunciado una sola palabra. por la tarde hubo gente en la casa, personas que habían venido a estar con el Dueño. el objeto no supo cuantas ni quienes porque pasó toda la tarde encerrado. lo curioso es que no estuvo ni escribiendo ni leyendo, sino sencillamente esperando, prácticamente a oscuras, en silencio absoluto. después de ponerse las botas el Dueño había puesto la cadena en los grilletes del objeto, que llevaba puesto desde el minuto cero. el objeto estaba en silencio, precisamente porque en la casa había amigos y familiares del Dueño. fue una sensación excitante. ellos por la casa y el objeto encerrado, encadenado, con sus botas de puta en la oscuridad, esperando a que el cumpleaños pasara.
cuando por fin terminó, ya pasadas las nueve de la noche. el Dueño sacó al objeto de la celda y lo tumbó en la cama. le puso las manos encadenadas por encima de la cabeza y lo amordazó con un trozo de tela. le ordenó que lo excitara y así lo hizo el objeto. en este viaje es sencillo, basta con que el Dueño se fije en las botas rojas. pocas cosas le han excitado tanto en este tiempo. siempre habló de eso, de tener unas botas rojas para el objeto, para humillarlo. y ahora las tiene y en este viaje les está sacando mucho partido. Él se puso unas botas de goma y volvimos a rozarnos, a tocarnos, siempre llevando Él la voz cantante, por supuesto. el objeto es un mero juguete de placer, como cualquier dildo o cockring o muñeco de plástico. lo único importante era el placer del Dueño, que volvió a llamarlo puta y a humillarlo por llevar esas botas. las cadenas impedían a veces los movimientos pero el Dueño estaba excitado, muy excitado y se corrió por quinta vez en tres días, bueno, realmente en dos días y medio. el Dueño quitó la mordaza al objeto y le permitió quedarse en la cama, donde durmió. como venía haciendo estos días es una medida excepcional en consideración a la pierna del objeto, que no le ha molestado prácticamente nada durante este viaje.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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