viernes, 7 de octubre de 2022

día 4648 de esclavitud, castrado permanentemente

el objeto ha estado todo el día de hoy encerrado, sin salir de su celda salvo para ser usado por el Dueño en su habitación. lo que el objeto llama su celda es realmente el vestidor donde el objeto tiene sus botas, un lugar por otro lado muy apropiado para esta función. como una cosa más, como una propiedad más, el objeto está allí esperando a ser usado. después de permitírsele ducharse el Dueño encerró allí al objeto con la única compañía de una mesa y una silla. llevaba puestas las botas altas de goma. una vez desayunado el Dueño encadenó al objeto y lo dejó allí toda la mañana, solo entrando para comprobar que el objeto estaba donde lo había dejado. durante este tiempo el objeto no pronunció ni una sola palabras. de hecho no ha pronunciado una sola palabra desde que llegó ayer por la noche. esta será la gran prueba de este viaje, comprobar si el objeto puede vivir en silencio. para el Dueño no hay dudas, no hay prueba porque sabe que el objeto lo cumplirá. esto no está tan seguro. cuando tiene que comunicar algo urgente, lo dice escribiéndolo en un cuaderno que el Dueño lee.
a última hora de la mañana el Dueño saca al objeto y se pone las botas altas negras, esas botas que le llegan hasta el muslo y que originariamente eran para el objeto aunque afortunadamente fueron para el Dueño porque no le cabían. al final el Dueño vio que eran botas de Dominante y se las quedó Él. el mensaje era claro: el Dueño quería que el objeto lo excitara y así lo hizo. fue difícil con las manos encadenadas pero el objeto lo consiguió y el Dueño fue sintiendo cada vez más y más placer. el objeto estaba amordazado con cinta americana y le sorprendió que el Dueño le diera un beso, que no fue el último. después de un rato acariciándolo y excitándolo le quitó al objeto la mordaza y lo llevó a sus genitales, comiéndole la polla al Dueño con mucho placer, pero no sólo la polla sino también sus huevos, sus muslos y, por supuesto, sus botas. el Dueño, viendo la excitación del objeto le ordenó que se tocara la jaula y que se corriera. el objeto comenzó a simular que se masturbaba moviendo la jaula pero, a pesar de dolerle por la erección que estaba intentando liberar, el objeto no pudo eyacular. era incapaz. no lo conseguía. el objeto siguió y siguió, sobre todo porque se lo había ordenado el Dueño, pero fue incapaz. entonces volvió a darse cuenta de que estaba realmente castrado. ni siquiera en esa situación era capaz de correrse. es verdad que era con la jaula puesta pero ya lo ha hecho en otras ocasiones así que no debería ser ningún problema. pues lo fue, o no tanto, porque el Dueño pareció complacido con el hecho de que el objeto no pudiera eyacular.
estábamos en plena vorágine cuando el Dueño para al objeto y lo pone a su lado, pasa su brazo por encima y entonces ocurre algo muy extraño. sin una orden, sin una insinuación, sin nada, el objeto pierde el control de su cuerpo y entra en un subspace tan profundo que no se puede mover. sólo mantiene los ojos abiertos mirando al Dueño, sin poder decir una palabra, sin poder mover un músculo, sin poder hacer ningún gesto salvo emitir unos ligeros gemidos. el objeto sabe que está roto. no hay rastro de su humanidad, ningún rastro, ni el más mínimo indicio, nada. está así durante un buen rato hasta que el Dueño decide sacarlo de donde está y, poco a poco lo va volviendo al mundo, lo reconecta. porque esa es tal vez la forma de expresión más clara y evidente que tiene de expresarlo. la mente y el cuerpo del objeto se desconectaron y fue el Dueño quien volvió a conectarlos a los dos. cuando estuvo el objeto recuperado de nuevo el Dueño no tardó nada en correrse sobre las botas del objeto. se limpió y volvió a encerrar al objeto en su celda.
a última hora de la tarde el Dueño volvió a sacar al objeto. esta vez, como en otros viajes, quería grabar algunos videos con el objeto haciendo un juego de rol. en esta ocasión el Dueño planteó la situación pero dijo que el objeto no tenía que decir ni palabra. esto se visitó siguiendo las indicaciones del Dueño y comenzó a grabar. al final el objeto acabó, como en otras ocasiones, completamente amordazado con una cinta de tela, atado de pies y manos sentado en un sillón en el baño del Dueño suplicando por que lo liberara. llevaba las botas rojas, que el Dueño ha dicho hoy que serán las únicas que llevará a partir de ahora, y sobre ellas se corrió el Dueño nuevamente.
en todo el día el objeto no pronunció palabra, ni dijo nada. silencio. silencio absoluto y completo. estando amordazado y sin estarlo. solo silencio y obediencia.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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