lo que distingue a un amante o admirador de un auténtico fetichista es su necesidad de acumular y acaparar cuanto más mejor. aquel objeto de su deseo, aquello que le produce excitación, tiende a desbordarse. no es suficiente tener una, o dos, o tres. siempre que se pueda, siempre que se encuentre una nueva hay que conseguirla. es como una compulsividad, como una necesidad casi diría que incontrolable. ocurre con el cuero, con el latex, con las botas, con las cuerdas o cadenas, con las mordazas, y con todo aquello que es objeto de tu deseo. en muchas ocasiones ocurre como con la ropa normal y corriente: tienes cosas que no usas y siempre te vas poniendo las mismas cosas. aquí es igual. acabas poniéndote las mismas botas, el mismo cuero, pero no puedes evitarlo. es algo que va unido al tema del fetichismo.
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