jueves, 15 de septiembre de 2022

día 4626 de esclavitud, castrado permanentemente

hay días extraños en que la comunicación entre Dueño y esclavo se limita al saludo inicial y a poco más. lo fantástico es que eso no significa que el objeto lo sienta lejano o se sienta abandonado. el Dueño está en la mente del objeto, aunque más adecuadamente debería decir que el Dueño es la mente del objeto, así que no puede escapar de lo que es. el objeto no se imagina que es un propiedad, o desea ser una propiedad. el objeto no es otra cosa sino una propiedad, una propiedad del Dueño y, al igual que sus botas, que si no son usadas no dejan de ser Suyas, el objeto es del Dueño pase lo que pase, haya comunicación cada segundo o no la haya en todo el día. una propiedad no puede exigir nada, ni desear nada, ni molestarse por nada. las botas del Dueño no se alegran cuando son usadas, ni se entristecen si no lo son y permanecen almacenadas. es cierto que en el objeto quedan restos de cierta humanidad, sobre todo porque tiene que seguir aparentando ser uno de ellos en el trabajo a diario, pero eso es coyuntural y el Dueño está trabajando para eliminarlo de un plumazo cuando desee o cuando sea necesario. ayer mismo, hablando de este tema, después de que el objeto le dijera que lo que ha hecho el Dueño con el entrenamiento fue destruir al objeto para hacerlo de nuevo a Su gusto, el Dueño contestó: "Es lo que me suplicaste". y efectivamente fue así en un momento del entrenamiento. y el objeto contestó "y sigue haciéndolo mi Dueño", aunque un objeto no tiene derecho a suplicar. la realidad es que el Dueño siempre cumple su palabra.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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