una de las cosas que más sorprende al objeto es que la sumisión parece no tener límites. el Dueño lleva entrenando al objeto 12 años y cuando cree que ha llegado a un punto donde no se puede bajar más, el Dueño lo sorprende haciendo que aquello que considera definitivo, nunca lo sea. seguramente eso es parte de lo que atrae al objeto y lo mantiene en tensión, la pregunta de qué será lo próximo. tampoco es la cosa de ir innovando permanentemente ni sorprendiendo en cada momento. más bien al contrario la vida de esclavo del objeto es bastante estable, pero siempre aparece algo nuevo. tal vez lo próximo sea comer en un cacharro de mascota. o estar la mayor parte del tiempo tras los barrotes de una celda o una jaula. quien sabe. la cuestión es que eso no depende del objeto, sino del Dueño. todo está en Sus manos.
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