cuando el objeto ve imágenes como esta lo primero que le viene a la mente, por supuesto, es el Dueño. no son precisamente las botas que el Dueño prefiere, pero son botas. y lo que más llama la atención del objeto es la perspectiva. el objeto podría vivir toda su existencia mirando sólo las botas del Dueño. no es que el Dueño sea poco agraciado sino que se combinan dos cosas. la primera es que Su Superioridad hace que cada día sea más duro mirarle directamente porque en la cara, especialmente en su mirada, el Dueño tiene una fuerza y una autoridad que, en cierta medida, atemorizan al objeto. la segunda cuestión es que las botas del Dueño concentran toda la vida de sumisión y obediencia que el objeto vive. es como si la existencia plena estuviera concentrada en un objeto, en este caso dos. externamente mirar la botas y fijar la mirada en ellas, es en el mundo bdsm signo de humildad, pero para el objeto es más, es como una especie de faro que le indica cuál es su lugar en el mundo, donde vivir pero a la vez hacia donde tiene que ir.
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