algunas prácticas bdsm rozan lo artístico, o llegan directamente a ellas. el bondage tal vez sea la más evidente. sus practicantes se regodea viendo los intrincados nudos que pueden hacer, y las posturas, claramente estáticas, a las que someten a sus sumisos y sumisas. lo estético para algunos puede ser una auténtica tortura para otros. incluso algo tan aparentemente sencillo como la inmovilación de la FdD de hoy es muy complicada. el cuerpo humano está diseñado para moverse. la inmovilidad es algo que cuesta mucho y para lo que uno debe entrenarse. a veces en nuestra vida cotidiana se nos pone a prueba cuando, por ejemplo, tienes que hacerte una prueba donde te dicen que tienes que estarte quieto, una resonancia por ejemplo. en esos momentos comprendemos lo difícil que es y el mérito que tiene. si además hay privación sensorial, especialmente de la vista, y mordazas, la situación se complica porque aumenta la indefensión. no podemos pedir ayuda, ni darnos cuenta de un hipotético peligro. incluso la inmovilización o el bondage extremo requieren un entrenamiento y, sobre todo, un estado mental determinado. el éxito de la sesión depende de que el Amo consiga que su esclavo entre en ese estado de subspace.
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