hace poco el objeto le decía al Dueño que echaba de menos el sabor del cuero de las botas del Dueño. no es sencillamente el sabor, es el alimento que ellas producen, la sensación de paz y tranquilidad que tiene el objeto cuando se arrodilla ante el Dueño y se somete a Su Voluntad. eso es lo que representa lamer las botas del Dueño. no es un acto de limpieza, al menos no sólo. es sobre todo un acto de sumisión y de obediencia, una forma simbólica de expresar que el inferior hará todo lo que el Amo ordene, que lo reconoce como su Superior, y que, a pesar de su apariencia humana, por ese acto, renuncia a gran parte de sus derechos, esos derechos que se supone se nos reconocen a todos pero que al final solo disfrutan unos pocos. pero también lamer las botas es llevarte parte de ellas, y al usar la lengua lo metes en tu organismo. el cuero entra a formar parte de ti, igual que la Voluntad del Amo te va conformando y modelando. vas adquiriendo Sus hábitos, sus rituales, sus órdenes, hasta que llega un momento en que te toma por completo y te conviertes en algo parecido a esas botas que lames y adoras. te conviertes en una propiedad del Amo, una más entre otras, una más entre lo que posee, algo más que puede usar a su conveniencia.
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