practicar el bondage sistemático, es decir, tener a una persona atada, esposada o inmovilizada el mayor tiempo posible y la mayor cantidad de veces posible tiene una función y un objetivo muy claro: enseñar y reeducar al cuerpo. tenemos la tendencia de estar siempre en movimiento, cogiendo cosas, caminando, haciendo gestos con las manos, etc. el bondage impide eso, corta el movimiento y poco a poco va enseñando al cuerpo que hay otra forma de existir, otra forma de relacionarse con el mundo. a menudo el objeto ha sentido, cuando se ha olvidado por ejemplo que tenía los grilletes puestos, una especie de choque cuando ha ido a hacer una cosa y se ha dado cuenta de que era incapaz porque estaba encadenado o esposado. ya no es solo la sensación de indefensión, que también, ni la de impotencia, que también, sino descubrir una forma diferente de interactuar, donde no tienes el control y donde debes dejarte ir. aunque no lo parezca esta es una de las lecciones más difíciles de aprender cuando practican el bondage en ti.
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