poder y autoridad. de eso va todo esto. pero también de entrega y obediencia. va de control y dominio, pero también, de sumisión y sacrificio. va de adoración, de confianza, de dejarse llevar y dejarse hacer, pero también de llevar y convertir al inferior en la mejor versión de sí mismo. es una relación simbiótica. uno encuentra sentido en la existencia del otro, aunque los Superiores puedan vivir mejor sin un inferior que a la inversa. por eso cuando nos acogen y nos toman como propiedad sencillamente estamos agradecidos, y adoramos a nuestros Amos. Ellos lo son todo. sin ellos no somos nada. y cuanto más estricto el Amo, más sumiso el esclavo, más obediente, más entregado, más dominado. unos nacen para vivir de pie, otros nacemos para vivir de rodillas. lo contrario puede ser verdad para algunos, pero no para nosotros. nos cuesta aceptar esta realidad, incluso puede parecernos injusta, pero todo eso no es más que nuestra auténtica naturaleza luchando con las ideas que nos han inculcado socialmente. los antiguos egipcios consideraban al faraón un dios viviente, los romanos hacían lo propio con los emperadores una vez fallecidos. incluso el cristianismo defiende la existencia de un hombre-Dios. ¿por qué no deberíamos adorar a nuestros Amos? Ellos nos guían con mucho esfuerzo y trabajo por una vida que se nos hace grande, que somos incapaces de llevar por nosotros mismos. el origen de tanta depresión, de tanto dolor, de tanto malestar no es otro que no saber cuál es tu sitio, o buscarlo en otro lugar. aceptar lo que eres y para lo que has nacido es el primer paso para ser feliz sirviendo, obedeciendo, sometiéndote.
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