aunque nos empeñemos en negarlo, la mayoría tenemos dos dimensiones. por un lado el vanilla, el "normal", que nos permite integrarnos y cumple las normas. por otro lado todos tenemos esa parte oscura, rebelde, kinky, alternativa, representada por el pantalón de cuero y las botas. son como los dos caballos del carro que es la vida. algunos hemos abandonado una parte lo estrictamente necesario para poder mantenernos en la sociedad. otros intentan reprimir sus impulsos más oscuros, pero el hecho es que las dos están ahí. muchos puritanos pretenden hacer ver que no es así, que siempre llevan traje y corbata o pantalones de tela pero la realidad es otra. sea reprimido o no, de la cintura para abajo todos somos tentados, a todos nos ponen determinadas "perversiones", todos sentimos excitación ante cosas que el resto de la sociedad consideraría vergonzosas y vergonzantes. la diferencia del objeto con el resto es que esto es consciente de que, si el Dueño lo ordenara, esto se arrodillaría delante de este Amo y lamería sus botas y besaría su cuero y luego, eliminando cualquier consideración moral, obedecería y haría todo lo que le ordenaran. tal vez esa sea la gran diferencia.
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