el objeto tiene una debilidad. bueno, realmente tiene muchas, pero una visual que los asiduos al blog reconocerán. al objeto siempre le llama la atención cuando ve alguien llevando latex, un material eminentemente industrial, en un entorno natural. desde el primer momento que vio al objeto cubierto de latex, el Dueño decidió que esa sería su nueva piel. y no es tanto por la idea, también compartida en este blog, de que el latex es para inferiores y el cuero para Superiores. sencillamente es porque le da al objeto aún más apariencia de objeto. ese es el fetiche del Dueño, la posesión en sí misma, el ser propietario de un objeto con apariencia humana. por eso el Dueño pondría al objeto el traje negro pero no el transparente. incluso siendo late se pueden ver partes que el Dueño no desearía que se vieran. de hecho el complemento perfecto para ese traje sería una capucha completa, que tapara la cara, que borrara la identidad, que no permitiera ser reconocible. un objeto es mejor cuanto más oculta.
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