día 4445 de esclavitud, castrado permanentemente

el día comenzó con el trabajo que fue mejor de lo que esperaba. a las cinco salía para madrid y en otras circunstancias el objeto estaría muy nervioso pero la realidad era que no lo estaba. lo inundaba una sensación de calma y tranquilidad, de aceptación, y así se lo hizo saber al Dueño.
después del trabajo comió y preparó la mochila para el viaje. apenas metió algunas cosas que el Dueño le había ordenado. el viaje en avión fue más cómodo de lo que esperaba y al viajar por primera vez en iberia acabó en la terminal 4. de allí cogió el metro en un ritual que realiza en todos los viajes. en esta ocasión tardó más de lo esperado porque la línea de metro estaba cortada y tuvo que hacer trasbordo en una guagua de una estación a otra. cuando llegó a alonso martínez y siguiendo las órdenes del Dueño, el objeto cenó en el burguer de génova. al salir de allí se amordazó como había ordenado el Dueño y se encaminó a casa.
cuando llegó mandó mensaje y el Dueño bajó a abrirlo. fue como si no hubiera pasado el tiempo, como si lo hubiera visto ayer mismo. nada más entrar en el portal el Dueño colocó la cadena al cuello al objeto, y cerró el candado. ese gesto es suficiente, ya si que había llegado a casa. subimos a casa y nada más entrar el Dueño hizo al objeto acariciar sus botas, besarlas y lamerlas.
siguiendo órdenes del Dueño el objeto se arrodilló y puso los grilletes en las muñecas del objeto, los grilletes de metal. no son de quita y pon, hace falta cerrarlos con una llave especial. cuando el Dueño se las pone al objeto ya no se las quita hasta el día en qué se va.
a continuación ordenó que se sacara las botas que había llevado durante todo el viaje por fuera del pantalón. el Dueño siempre quiere ver las botas, es su mejor fetiche así que el objeto obedeció. lo siguiente fue el bondage. unió las manos del objeto a la espalda. con los grilletes fue muy fácil unirlas con una cuerda. así no hay peligro de que se dañen los nervios o se corte la circulación.
le puso una mordaza de cinta y sobre ella una de tal. completamente amordazado y en estado psicológico de subspace el objeto solo se centró en un sillón y le estuvo poniendo sus propias botas encima, haciendo que la jaula del objeto doliera mucho.
ambos estábamos excitados pero en el horizonte vital del objeto el placer por correrse no aparece por ningún sitio. su único placer es el placer del Dueño y vio que lo estaba disfrutando. después de jugar un poco con su objeto, lo levantó del sillón y lo tiró sobre la cama después de haberle bajado los pantalones y los calzoncillos. con el cual al aire el Dueño se corrió con un gruñido. la penetración no es una práctica que agrade excesivamente al Dueño. el objeto pensó, al echarlo sobre la cama, que iba a hacerle un hogtied, pero no hubo tiempo.
tras limpiarse el Dueño desató al objeto y lo llevó al baño donde le ordenó que se quitara todo y se pusiera las botas de gomas altas verdes. así lo hizo el objeto. ya era tarde y el Dueño ordenó al objeto que se acostara sobre una colchoneta en el suelo del baño, que no merecía usar la cama del Dueño. estiró la colchoneta en el suelo, puso dos almohadas y una manta. antes de dormir el Dueño unió los dos grilletes con una cadena bastante larga, lo suficiente para hacer tareas sin problemas pero que se puede acortar en cualquier momento.
y así durmió el objeto: en el suelo, con la cadena y el candado al cuello, los grilletes unidos con una cadena, unos calzoncillos para ocultar la jaula y unas botas altas verdes de goma.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.