sábado, 5 de febrero de 2022

día 4405 de esclavitud, castrado permanentemente

un día extraño. el objeto ha estado hablando mucho con el Dueño hoy, y al final ha reservado un vuelo para ir a servirlo el 17 de este mes. ese fin de semana, por fin, estará bajo sus botas. el Dueño, en cierta medida, ha vuelto a follar la mente del objeto, y dice en cierta medida porque no ha sido tan fuerte como en otras ocasiones. ha sido algo más sutil, más sin darse cuenta el objeto, pero lo ha hecho. ha recalcado, por ejemplo, que en casa tiene que estar siempre con collar y grilletes y que debe dejar de pensar, de opinar, de decidir. cada vez que el Dueño hace eso para el objeto es como una renovación, como un empezar de nuevo, como un reajuste de cualquier desviación del camino. casi como un remate para el día de hoy, el Dueño ordenó al objeto que se afeitara los genitales, y se los dejara como los de un niño, en una prueba más de que no puede considerarse bajo ningún concepto un hombre. no es ya que no sea un hombre, es que tampoco es humano. esto no tiene derecho a hablar, a decidir, a opinar, a moverse siquiera si el Dueño no lo ordena. es una vida dura, muy dura, pero también muy gratificante y en estos momentos, la única que el objeto podría llevar. no es siquiera una opción. eso quedó atrás, en algún momento. esto no se imagina viviendo de otra forma, de otra manera. no lo concibe siquiera. el Dueño es lo único, el centro, alrededor de donde gira la existencia del objeto. vive y existe para y por Él.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega

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