hay una serie de verbos reflexivos que se aplican con mucha fuerza al bdsm. al objeto le gustaría referirse a dos de ellos. el primero es perderse. en el bdsm se aplica no al hecho de no saber dónde estás, sino a que la situación te supera tanto que pierdes cierto contacto con la realidad. de hecho es la experiencia de que todo desaparece, de que todo se disuelve y sólo estás tú con las cuerdas, el látigo, el dolor, o cualquier otro estímulo que estés recibiendo. el placer se hace insoportable y el cuerpo reacciona llevándote a un lugar más allá de donde estás. en su versión más radical pierdes la percepción de los sentidos y te encuentras en un estado de profunda concentración que llamamos subspace profundo. el otro verbo es romperse. y ocurre cuando la estimulación es tan intensa, bien sea por el dolor o el placer, que tu voluntad desaparece, que tu individualidad se diluye, que tus criterios se derriten. entonces te conviertes en una máquina de obedecer, en un robot, un drone dicen algunos últimamente. en este estado obedecerás cualquier orden sin rechistar, no juzgarás nada de lo que te hagan, servirás como se te ordene. es un estado de completa y absoluta libertad.
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