el objeto no puede dejar de pensar en las rejas y más concretamente en que no sabe si, en su caso, servirían para proteger al mundo del objeto o al objeto del mundo. desde casi el minuto cero de la relación del Dueño con el objeto, Éste decía una frase que al objeto le parecía extraña: "Voy a sacarte del mundo, decía. al principio esto no lo entendió. le parecía exagerado, radical. con el paso del tiempo esa afrimación se ha convertido en el objetivo a lograr en un futuro cercano. cuando el objeto piensa en eso, en estar alejado del mundo, sacado de él, apartado, no puede sino sentir tranquilidad y mucha, mucha paz.
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