ha sido un día extrañamente lluvioso, algo raro en donde vive el objeto. y además ha hecho frío. en un clima así, si fuera más común, el cuero sería casi obligatorio. pocos materiales dan tanto calor como el cuero. pero además tiene esa especie de dualidad. al tacto es frío, pero luego da calor. muchas veces es el lo que necesitamos los esclavos, los inferiores, incluso los objetos, una combinación entre el calor y el frío, entre la dureza y la suavidad, entre el azote y la caricia. un buen entrenamiento lleva a la combinación de estos elementos de forma que el inferior sepa y sienta que el azote es, de hecho, una caricia. sea como fuere entre el cuero el objeto se siente como en casa, se siente como en su hogar, junto al fuego y siente que nada malo le puede pasar.
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