jueves, 20 de enero de 2022

día 4389 de esclavitud, castrado permanentemente

una cosa que preocupa al objeto últimamente es la sensación que puede quedar de que ha alcanzado ya un punto álgido como objeto, como inferior. le preocupa que los lectores piensen que su entrenamiento ha terminado, ni mucho menos. el objeto comete errores, comete faltas, que debido al cariz que está adquiriendo la relación del Dueño con el objeto casí podrían denominarse pecados. hoy, en una conversación, el objeto cometió uno de estos pecados. sin ninguna mala intención le recordó al Dueño una de sus promesas. el objeto la nombró porque precisamente el Dueño la estaba cumpliendo pero a un Superior no se le deben recordar sus promesas. Ellos las conocen, las saben y las cumplen. el Dueño había dicho al objeto que lo apartaría del mundo y que llegaría un momento en que olvidaría todo lo anterior a cuando el Dueño le puso el collar y lo convirtió en su propiedad. aparentemente puede parecer una promesa irrealizable, pero casi igual que llevar permanentemente la jaula o de no hablar en presencia del Dueño, o estar todo el tiempo amordazado. todo eso ya es una realidad. lo otro también lo será. como merecido castigo el Dueño ha ordenado al objeto que se de 100 azotes más de lo que se da diariamente, es decir hoy serán 200 en cada nalga.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
 

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