lunes, 17 de enero de 2022

día 4386 de esclavitud, castrado permanentemente

el objeto ha tenido un día duro porque ha tenido que portarse como un humano. hay una persona en el trabajo que está empeñada en hacerle al objeto la vida un poco imposible y el viernes cometió un acto rastrero. como objeto debería dejarlo ir, pero el Dueño ha ordenado al objeto que en su vida cotidiana no se deje pisar por nadie, porque si alguien pisa al objeto está pisando al Dueño. así que el objeto ha tenido que actuar hoy con algunos compañeros. no ha sido en plan pelea ni nada, sino dejando algunas cosas claras y plantándose. es sorprendente como algunos humanos aprovechan la timidez o incluso la educación de otros para imponerse, para imponer sus criterios y para sacar partido. el respeto no es algo que esté muy presente en estos entornos humanos. el mismo objeto, antes de ser entrenado por el Dueño, antes de ser de su propiedad, era una persona tímida y apocada. posiblemente era una consecuencia de la contradicción en la que vivía, de la distancia entre lo que sentía y deseaba, aunque aún no lo supiera, y lo que la sociedad esperaba de él. por eso tal vez estaba siempre triste, deprimido y sintiéndose que no encaja en ningún sitio. hasta que llegó el bdsm primero pero sobre todo el Dueño. paradójicamente el Dueño es el que ha conseguido, eliminando la humanidad del objeto, que sea posible para esto vivir como entre los humanos sin que abusen de él o se aprovechen. en el fondo era una cuestión de egos, de qué pensarían los demás del objeto y eso condicionaba todo su comportamiento. hoy el objeto ha marcado límites, de una forma asertiva, educada, segura. y todo gracias al Dueño. y con respecto a la persona que comenzó todo esto, como comentó el objeto ayer, ignorancia completa. no está en su horizonte vital. sencillamente no existe.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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