es curioso que en este tiempo de pandemia los vanillas hayan descubierto lo importante que es la seguridad y el sentirse seguro, algo que forma parte casi del and del mundo bdsm. nuestra principal premisa es anteponer la seguridad. no es casual que sea así ya que realizamos prácticas de riesgo, peligrosas en sí mismas. tampoco son una novedad las mordazas, las máscaras, el uso de los guantes o los trajes aislantes. nosotros tenemos nuestra propia versión en formato cuero y latex. porque en el bdsm es posible mantener relaciones, sentir placer y el dolor, otra vertiente del placer, sin que piel contacte con piel, sin haber siquiera un roce. es extremadamente electrizante cuando, atado y amordazado, torturado, dolorido, el Dominante viene y te acaricia con su mano enguantada. cuando eso le ha ocurrido al objeto la sensación ha sido extremecedora y lo primero que le viene a la mente, sin duda fruto del estado de subspace en el que se encuentra en esas situaciones, es que no es digno de tocar siquiera la piel del Dueño. tan cerca y tan lejos, tan íntimo y tan objetivo. nuevamente las paradojas del bdsm.
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