todavía está el
objeto rumiando la conversación de ayer del Dueño, y dice rumiando
porque es justamente eso. vuelve una y otra vez, se centra en una frase,
luego viene otra, luego desaparece y aparece una expresión y el objeto
no puede quitarse de encima nada de eso. siente como poco a poco va
perforando su mente, cambiando sus ideas, modificándolas, haciéndolas
madurar. el Dueño no está presente, no tiene atado al objeto, pero su
tarea sigue imparable y el objeto casi puede sentir como va cambiando
sin poder impedirlo. es el poder del Dueño que sigue el entrenamiento,
que sigue esclavizando al objeto, haciendo las cadenas más fuertes,
haciéndolo más dependiente. esto no puede quejarse ni plantear una
reclamación porque fue lo que deseó y lo que suplicó al Dueño, y sigue
haciéndolo, o seguiría si pudiera porque cada segundo que pasa el objeto
se siente que controla menos de su existencia. es casi como estar
borracho, un estado alterado de conciencia que hace que el objeto no se
sienta humano, mejor dicho, confirme que no es humano y que la única
forma de encontrar la paz y la tranquilidad es bajo las botas del Dueño,
obedeciendo ciegamente, sometiéndose profundamente.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega
domingo, 19 de diciembre de 2021
día 4356 de esclavitud, castrado permanentemente
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