el objeto a veces recuerda expresiones del Dueño que al principio no entiende, pero que como le perforan la mente y se quedan allí después van tomando forma y adquieren sentido. una vez el Dueño le dijo al objeto "Tu piel me repugna", refiriéndose a que el objeto debería llevar siempre latex. al principio no lo entendió pero luego, reflexionando sobre el bdsm en general el objeto cayó en la cuenta de que a los que vivimos este estilo de vida nos encanta cubrirnos con otras pieles, con otros materiales. de hecho es extraño mantener relaciones, del tipo que sea, completamente desnudos. los verdaderos fetichistas siempre llevan cuero, latex e incluso esto es requisito para poder mantenerlas. buscando un razón el objeto cree que el motivo es que nos transformamos, cambiamos nuestra forma de comportarnos, dejamos a un lado las normas y los reglas que nos han impuesto y actuamos de una manera determinada, que no es nuestra manera habitual. y al igual que un ejecutivo se viste de traje y corbata para ejercer su autoridad y un bañador para ir la piscina, nosotros adoptamos una estética, que en este caso, es más acorde con lo que somos que un simple traje. cuando el Dueño dice que le repugna la piel del objeto no se refiere tanto a ese órgano externo que nos protege, sino al hecho de cuando está al aire el objeto parece más humano, más persona, algo que contradice su naturaleza de objeto. desde esta perspectiva, hasta al propio objeto le repugna su pie.
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