aparentemente nos encontramos ante un Amo: cuero impecable, botas altas, guantes. tal vez solo faltaría un látigo o una fusta para completar la escena. el escenario parece un bar, por lo tanto un cazador en su territorio dispuesto a conseguir una pieza. esta es la primera interpretación, la más obvia. sin embargo hay un detalle que trastoca todo: al cuello lleva una cadena con un candado. automáticamente este símbolo lo convierte en un inferior, en un esclavo. en la más pura tradición bdsm, al estar el candado cerrado implica que es propiedad de un Amo y que ese Amo controla todo, incluso su forma de vestir. así pues no es un cazador en su coto de caza sino un animal domesticado y controlado.
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