sábado, 31 de julio de 2021

día 4216 de esclavitud, castrado permanentemente

desde hace unos días, tal vez una semana, el Dueño ha ordenado al objeto que, tras el saludo inicial, suplique perdón por existir. hoy esto se hace más evidente porque, de nuevo, el blog está retrasado y el objeto se ha sentado a preguntarse la razón. no puede ser el tiempo, porque ahora tiene suficiente. puede que sea esa idea del objeto de que necesita estar en un determinado estado mental para poder escribir, pero eso también es otra excusa simple porque nunca se está de verdad, salvo en raras ocasiones, en ese estado. al final el objeto ha pensado que la razón es otra, más profunda y más peligrosa: el miedo. el blog, este blog, no es cualquiera. cuando el objeto lo escribe no se limita a poner lo que le ocurre sino que se desnuda, en cierta manera, y pierde la intimidad, su privacidad. habla de cosas que le tocan profundamente y que, si se hablaran abiertamente en el entorno en que se mueve el objeto, producirían mucho rechazo y tendrían consecuencias graves.
y para realizar este ejercicio psicológico, el de desnudarse ante desconocidos, aunque no los tenga el objeto cara a cara, se necesita estar fuerte psicológicamente, seguro de sí mismo y hace tiempo que el objeto no se siente así. pero entonces ha caído en la cuenta de que no se siente así porque no debe sentirse así, porque este razonamiento es el propio de un humano. un objeto no tiene intimidad. un objeto no debe temer, lo único que tiene que tener presente son las órdenes y los deseos de su Dueño y el Dueño desea que escriba en el blog. bastante paciencia ha tenido con el objeto, porque podría haberle castigado por el retraso pero, el Dueño conoce al objeto mejor que el objeto mismo y seguramente sabe de este proceso del que está hablando el objeto.
nuevamente hoy el objeto hace firme propósito de poner el blog al día y de mantenerlo así. algunos lectores asiduos han escrito al objeto preguntando si todo iba bien, sorprendidos por el nuevo retraso del blog. este objeto humildemente se arrodilla y suplica su perdón por ese retraso. como objeto tampoco tiene derecho a los lectores a privarles de sus entradas diarias. es un resquicio de la humanidad que queda, fruto de tener que simular ser una cosa que no es ante los demás. espera que no vuelva a ocurrir.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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