algo que no deja de
sorprender al objeto es la vinculación, el nexo íntimo que existe entre
el Dueño y el objeto. cuando uno se siente de una manera el otro los
siente. es algo que el objeto no puede comprender, cuando el objeto se
siente triste y no hay alguna razón evidente, o cuando se siente
enfadado sin motivo lo pone bajo las botas del Dueño. entonces es cuando
ocurre, el Dueño le da explicación porque dice que está teniendo un día
fatal o que algo no va bien. el proceso también puede ocurrir a la
inversa. eso es lo que ocurre. no sabe cómo, ni el mecanismo que lo hace
posible pero sí el por qué, porque el objeto pertenece al Dueño.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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