el objeto sabe que puede llegar a ser repetitivo, pero como ha dicho en otras ocasiones, casi trece años de blog hace que algunas cosas se repitan, especialmente en un objeto, que no tiene mucha imaginación y acaba reduciendo su vida a lo mínimo. por eso en otras partes de este blog ha hablado del cuero como la segunda piel que se pega al cuerpo de Amos y sumisos, marcando y multiplicando aquello que queda dentro de esa piel, en el caso de los Amos la Dominación, y en el de los inferiores, la sumisión. para el objeto no hay mayor placer que oler esa piel, que rozarse con ella, que sentir la electricidad que emana de ella. cuando el Dueño se pone sus pantalones de cuero, o le permite al objeto lamer sus botas, es como si entrara en trance, en un profundo subspace, como si su mente se desconectara por un extraño interruptor que tuviera y se convirtiera en un mero objeto sin voluntad. ese es el efecto del cuero en el objeto.
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