hay días en que el objeto parece olvidar que es un objeto. es la condena que tiene que sufrir por seguir estando en el mundo de los humanos y simular ser uno de ellos. es cierto que el Dueño le ha dicho que puede hacer cosas, como hablar poco, muy poco; no dejarse llevar por las emociones y no depender ni esperar nada de nadie. es como vivir encerrado en una jaula de manera virtual, psicológica. este mecanismo es lo único que mantiene al objeto cuerdo, sano, estable. cuando llega a casa y cierra la puerta, especialmente si su mente no está ocupada por cosas del trabajo, puede dar rienda suelta a su naturaleza y dejarse ir, ser lo que el Dueño quiere que sea. ni siquiera es algo que haya decidido. sencillamente ocurre. entonces sorprendentemente empieza a sentirse en subspace, un subspace cada vez más profundo y radical. esto ha comprobado ya que puede vivir encerrado, sin contacto con más humano que el Dueño, dedicado a obedecerle y a servirle. por eso cada vez que sale y se relaciona con humanos es una tortura, un castigo.sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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