esta forma de echibir al inferior puede parecer una forma sencilla e incluso cómodo. sin embargo no es así. el mero hecho de pasar toda la noche con las manos esposadas a la espalda puede ser una tortura. si a eso añadimos las cadenas que obligan al sumiso a permanecer erguido, con el collar postural y esa capucha, la noche puede convertirse en un auténtico sufrimiento. el objeto solo puede imaginar lo que pasa por la mente del inferior.
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