la castidad no siempre se lleva igual. hay días en los que se lleva estupendamente, olvidándote incluso de que la jaula está ahí. otros sin embargo desearías arrancártela y tienes que poner todo de tu parte, dedicar una gran cantidad de energías a integrarla. no significa que tengas deseos de masturbarte o de correrte. el objeto sabe que el Dueño no dará permiso para eso nunca más. es que está ahí, apretando, presionando, pinchando a veces algunos trozos de piel. sencillamente no deja que te olvides de ella. y entonces tu condición se convierte en una constante, en algo siempre presente. parecería que la primera situación es preferible a la segunda, pero no. si la jaula se hace siempre presente, tienes siempre presente al Dueño, El está controlándote incluso en la distancia, incluso sin mandarte ningún mensaje o decirte nada. está ahí, e igual que no puedes olvidar que la jaula está ahí, tampoco puedes olvidar que le perteneces al Dueño.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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