cuando el Dueño le dice al objeto que lo va a sacar del mundo de los humanos está pensando en encerrarlo definitivamente, en una celda, y que esto no tenga contacto con nadie más que con Él. que Él decida qué, cómo, cuándo, dónde, y lo más importante, por qué. entonces el objeto dejará de decidir y dejará de ser alguien para ser algo. ya lo es de hecho, pero las circunstancias obligan a que todavía el objeto tenga que simular ser humano y para los que le rodean, sea alguien. tras días como el de hoy esto es liberador, porque el objeto ha vuelto a sufrir una decepción con alguien a quien estimaba y por el que se había comprometido. en teoría un objeto no puede sentir decepción por un humano porque por definición están por encima, pero el Dueño está en medio, y ha ordenado al objeto no dejarse pisar, lo cual se traduce en no dejarse manipular ni usar, y esta persona ha hecho precisamente eso. esta es una de las razones por las que el objeto sigue suplicando al Dueño que lo entrene para eliminar cualquier rasgo humano de su existencia y que sea exclusivamente Él quien lleve las riendas de todo.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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