sábado, 21 de noviembre de 2020

día 3964 de esclavitud, castrado permanentemente

 el objeto estuvo alternando hoy cosas cotidianas: mercado, cajero, etc. con mensajes enviados al Dueño donde mostraba su veneración y adoración. porque es eso lo que siente por el Dueño. cada día que pasa, y más tras las conversaciones de los últimos días, el objeto siente que el Dueño lo está entrenando para dar un nuevo paso. la idea de que al Dueño le agrada que le tenga miedo es algo que no había estado presente pero que parece que el Dueño ha convertido en una prioridad. de hecho durante todo el día de hoy, cuando el objeto se ha acordado del Dueño ha sentido una especie de temblor, a la vez que excitación. sinceramente no sabe cómo será volverlo a ver, volver a estar en su presencia física. es algo que le preocupa al objeto porque sabe que no podrá hablar, que no podrá mirarle fijamente, y ahora mucho menos. el objeto ya reconoce el proceso, el mecanismo, incluso ha hablado de él en algunas ocasiones. primero el Dueño dice que le agrada algo, que le apetece algo, y esa es la semilla. luego deja que esa semilla arraigue en la mente del objeto y crezca, y crezca hasta casi ocuparlo todo y entonces es el mismo objeto, cuando obsesionado por ese pensamiento, el que suplica al Dueño no sólo que lo haga realidad sino que lo lleve hasta sus últimas consecuencias.

sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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