viernes, 20 de noviembre de 2020

día 3963 de esclavitud, castrado permanentemente

 nuevamente el Dueño ha sorprendido al objeto, no porque dijera y hiciera algo sorprendente, sino porque cuando menos lo espera, da una nueva vuelta de tuerca y hunde al objeto más en la sumisión cuando parecía que era imposible. el objeto estaba pendiente de terminar un trabajo extra y el Dueño ha abordado en una conversación el tema del dinero, diciendo que todo lo que tiene el objeto realmente no lo tiene porque es suyo, del Dueño, ya que el objeto es una propiedad y todo lo que una propiedad gane o posea es del Dueño de esa propiedad. es lo que pasaba entre los esclavos de la antigüedad clásica. el fruto de su trabajo no era suyo sino de su Amo. en resumidas cuentas, un objeto no puede ser sujeto de derecho, y por tanto no tiene derecho a la propiedad, igual que no tiene derecho de opinión, de movimiento, de elección, o de pensamiento. el Dueño le dio una vuelta a eso y además dijo que esto debería animar al objeto en su situación actual porque está trabajando y lo que gana trabajando es para hacer feliz al Dueño.
ante esto el objeto no pudo decir nada, replicar nada, oponer nada, porque es evidente y es la pura realidad. el Dueño siempre ha sido extremadamente respetuoso con esto en el sentido de que no es un Amo cash que se les llama ahora, pero eso no significa que todo lo que ha dicho hoy no sea cierto. el Dueño no necesita el dinero del objeto, ni quiere ofrendas en forma de dinero, pero esto debe tomar conciencia y tener claro que el fruto de su trabajo no es suyo sino del Dueño y que todos los contratiempos, molestias, situaciones que se producen en el trabajo están en relación con esto y tienen este sentido, por lo que se convierten en otra forma de sumisión y obediencia.
por la tarde el Dueño ahondó en el tema de ayer, diciendo que sentía placer, mucho placer sabiendo que le tenía miedo. el objeto le preguntó hasta qué punto quería el Dueño que el objeto le tuviera miedo, y el Dueño dijo que hasta el terror o el pánico, es decir, hasta lo más profundo. inmediatamente el cuerpo del objeto reaccionó ante eso, produciéndole dolor en la jaula. el Dueño lo expresó de esta forma ante la pregunta de hasta qué extremo quiere el Dueño que le tenga miedo. contestó "Hasta el extremo de que la idea de poder desagradarme o enfadarme sea peor que morir". más adelante dijo "Este es un miedo reverencial. Es un miedo y un terror casi diría yo no sólo a enfadarme o desagradarme sino a no sentir mis botas encima tuya". ante estas dos frases el objeto entero se estremeció. intuye el objeto que es otra vez la técnica del Dueño: sembrar una pequeña semilla que irá creciendo hasta que se convierta en un rasgo nuevo, o antiguo potenciado, del objeto. ahora puede afirmar el objeto que cuando piensa en el Dueño siente temor, miedo y que se ha imaginado la situación del objeto completamente inmovilizado y empezando a sentir terror sólo con las palabras del Dueño. de hecho ya ocurrió en la última visita. el objeto estaba inmovilizado completamente sentado en una silla, con una cadena atada a los testículos y unida a su collar. y el Dueño entró y empezó a hablarle al oído al objeto y esto empezó a tirar de la cadena produciendo un fuerte dolor sólo motivado por el temor a no decepcionar al Dueño que siguió y siguió hasta que el objeto empezó a llorar de desesperación y temor.

sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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