el objeto fue a trabajar por la mañana y luego por la tarde tuvo una comida de trabajo que se prolongó más de la cuenta pero era necesario que así fuera porque estaba sentando las bases de su trabajo para los próximos dos años. el Dueño estaba informado de todo y el objeto puso bajo sus botas lo que iba a decir en esa comida y la reunión posterior y había dado su aprobación. esto es la sumisión. hace años no se le habría pasado por la cabeza al objeto poner una posibilidad a los pies de alguien y que El tomara la decisión. ahora es lo que hace constantemente: con el trabajo, con sus relaciones, con su formación, con su economía. alguno puede pensar que cómo es posible que estemos separados, que vivamos en ciudades distintas, que el objeto debería estar a disposición del Dueño en una mazmorra. siendo todo eso verdad, la auténtica sumisión no es eso, no es una película porno; ni tampoco una sucesión de actos sexuales. la auténtica sumisión es lo que ha pasado hoy. el objeto tiene que afrontar su futuro a medio plazo y no lo hace el objeto, lo decide el Dueño. ha sido Él quien ha decidido ya que el objeto solo ha planteado las opciones. y no satisfecho con eso, hoy el objeto ha obedecido. no puede decir que ha planteado algo que le ha sido impuesto porque eso implicaría que tiene una decisión alternativa. la decisión del Dueño es la decisión del objeto, o mejor dicho no hay ya más decisión del objeto. la única decisión que existe es la del Dueño, la única voluntad a realizar es la Suya.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
lunes, 16 de noviembre de 2020
día 3959 de esclavitud, castrado permanentemente
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