domingo, 15 de noviembre de 2020

día 3958 de esclavitud, castrado permanentemente

el Dueño ha estado hoy molesto con el objeto, y con razón, por el comportamiento de ayer. no fue del agrado del Dueño, a pesar de conceder permiso, que saliera cuando durante la semana había estado diciendo que estaba extenuado por el trabajo. según el Dueño debería haberse quedado el objeto descansando. como siempre tiene razón. sin embargo el objeto fue, y así se lo expresó al Dueño, porque no tenía otra opción al tener que simular ser humano. el Dueño sabe que esto sólo pone bajo sus botas aquellos encuentros que no puede evitar sin causar un problema o sin perder la "coartada" que le permita parecer un humano entre los humanos. de hecho la vida social del objeto es prácticamente cero. si hubiera seguido el ritmo que tenía cuando el Dueño lo encontró, esto estaría comiendo fuera todos los días y estaría tomando café con conocidos un día sí y el otro también. desde que el Dueño encerró la mente del objeto en la celda en la que vive y le convirtió en un objeto al que permite por las circunstancias vivir entre los humanos, todo eso ha parado. el objeto sale sólo lo imprescindible por cuestiones de trabajo o cuando no puede evitarlo sin levantar sospechas. pero es el precio que hay que pagar por obedecer al Dueño y vivir entre humanos. lo que esto tiene claro es que no es agradable ni de su agrado, ni se divierte. lo hace porque no queda más remedio.
el castigo por ese comportamiento del objeto fue de los más duro que puede infligir el Dueño, y que alguna vez ha aplicado al objeto: el castigo es que no hay castigo. en la mentalidad humana, de Superiores, se podría pensar que "bueno, me he escapado de una buena", pero no es así. el castigo en un inferior es una purificación, una forma de cerrar un tema y seguir adelante, una especie de reinicio. al no haber castigo eso sigue ahí, torturando al inferior porque has fallado al Dueño, al Amo, al Superior. si cometes una falta es como si cometieras un pecado y es necesaria la redención mediante el precio que sea. si no hay posibilidad de pagar ese precio la deuda no hace sino aumentar. y así se sintió todo el día el objeto, sufriendo por haber molestado al Dueño.
en un momento dado, el Dueño quiso hacer una videoconferencia con el objeto. aún se le escapa al objeto el motivo, tal vez para que dejara de sufrir y le dijera que todo está bien. el hecho es que el objeto se amordazó con un pañuelo ya que el Dueño tiene prohibido al objeto mostrar su boca ante Él salvo lo estrictamente necesario, e hicimos la videoconferencia. el objeto fue incapaz de mirar a la cámara directamente. no podía levantar la mirada del suelo. efectivamente el Dueño le dijo que estaba bien, que todo estaba en orden. eso ayudó un poco al objeto, pero hubiera preferido recibir unos buenos azotes o llevar mucho tiempo las pinzas en los pezones.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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