a veces la sumisión puede destaparse en el lugar y la forma más insospechada. unos amigos reunidos, que empiezan a bromear y de pronto sale, un juego en medio de una borrachera, una confesión tras una fiesta. el hecho es que admitir que eres sumiso, o Dominante, es una nueva salida del armario, un nuevo desvelar una intimidad de intimidad porque es amenazante. al igual que la primera salida del armario, aquella en la que admites que te gustan los hombres, admitir que deseas someterte u obedecer a otro hombre puede conllevar crítica y rechazo. ese es el principal miedo que está presente en ese acto. por eso se habla del armario del cuero, no en referencia a donde tienes la ropa sino a esa segunda salida del armario. incluso en un entorno gayfriendly la admisión de los deseos bdsm puede provocar rechazo. siempre hay posibilidad de que eso ocurra, pero igual que pasaba con el primer armario, mientras no lo vivas y lo manifiestes, de una o de otra manera, no podrás vivir plenamente.
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