hoy le ha tocado el turno a las botas marrones, sendras. de nuevo el objeto se ha sentido seguro de sí mismo, casi invencible, en el sentido de que nada le influye, ni lo hunde, ni lo desequilibra.
el vínculo del objeto con el Dueño es muy fuerte, y cada vez más. la cadena que sujeta al objeto a las botas del Dueño. el objeto vive bajo ellas, se somete a ellas y son las que dan sentido al objeto.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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