el fetichismo siempre es un plus, un añadido, un sobrevalor. todo mejora con el cuero, con el latex, con unas buenas botas. los buenos cuerpos se hacen mejores, los no tan buenos comienzan a serlo. uno podría preguntarse si eso es así por qué más gente no recurre a ello, como una especie de cirugía estética reparadora que favorece lo existente. la razón es que tras el fetiche va todo lo demás: la sumisión, la obediencia, el entrenamiento, el dolor, las humillaciones, los castigos, las órdenes, las renuncias y las ganancias, el bondage, las cadenas y las cuerdas, las mordazas, las capuchas, el entrenamiento psicológico.... cosas que a la mayoría de la sociedad no le parece que mejoren nada. sin embargo nosotros, los inferiores, sabemos que todo esto sí que nos mejora. nos pone un una situación mejor para servir, para obedecer. y de nuevo aparece la paradoja. cuando menos tienes y menos eres, más valorado por los Superiores (en el sentido de lo que es conveniente para la sociedad); pero cuando más añades más vales (en el sentido del mundo bdsm). lo que ocurre es que ambas cosas no suelen coincidir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario