es un clásico que se repite. el entorno del bdsm siempre es una casa en ruinas, un sótano o una fábrica. es como si nos gustara un lugar degradado, abandonado, un lugar poco frecuentado. a veces el objeto piensa que es porque nuestras actividades son secretas, o nos gustaría que fueran secretas, sumidas en la oscuridad, en algo que se desmonta, se va cayendo a trozos. tal vez sea una metáfora de que intentamos ver las cosas de otra manera, de otra forma.. no nos adaptamos a lo socialmente establecido o aceptado. en cierto modo vivimos en la clandestinidad. sin embargo, junto a esto, junto al escenario, aparecen los personajes: tíos cachas con estética purista: cuero, latex, etc. cosas muy elaboradas y que requieren mucho trabajo. ahí está la contradicción, la ruina y el purismo, lo avanzado y lo que está en ruina.
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