mañana el objeto regresa al trabajo, una trabajo que debido a las circunstancias actuales va a ser extremadamente duro. si antes parecer y simular ser humano eran fruto de sufrimiento, ahora la cosa va a ser peor. en los momentos más duros, la única forma que tiene el objeto de encontrar la paz, es viéndose a sí mismo de rodillas, con la frente tocando el suelo delante del Dueño en actitud de adoración y sintiendo la bota del Dueño sobre su cabeza o su espalda. también le tranquiliza recordar el olor del cuero de los pantalones del Dueño, que siempre lleva cuando recibe al objeto. forma parte del ritual y ese olor lo tiene el objeto incrustado en su cabeza y cada vez que lo evoca todo desaparece y se siente protegido y amparado por el Dueño. en definitiva se encuentra en paz.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega
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