a veces el objeto teme que el blog de una imagen equivocada de lo que es, porque el objeto también se equivoca, también peca contra el Dueño y necesita ser castigado, necesita que le recuerden cuál es su lugar y donde debe estar. el objeto sabía desde ayer que había actuado mal comprando aquellos collares y las muñequeras en el yumbo. durante todo el día el Dueño estuvo ocupado así que no pudo mantener la conversación que el objeto estuvo temiendo todo el día. al final se produjo la conversación a media tarde. el Dueño preguntó las razones por las que el objeto había comprado eso sin permiso y por iniciativa propia. el objeto se lo explicó al Dueño. estaba decepcionado por no poder haber conseguido los pantalones cortos, las bermudas de latex o polipiel que le había dicho que quería que llevara en madrid.
"Te has portado como un humano", fue su sentencia. por supuesto fue demoledora. esto ya sentía vergüenza y remordimiento. el castigo se ha vuelto algo necesario, imprescindible. después de considerar algunas posibilidades, el Dueño castigó al objeto con el propio castigo, diciéndole que se lo impusiera él mismo. la crueldad era evidente. no sólo tenía que pensar en el castigo sino decidirlo. al principio el objeto dudó, pero al final puso bajo las botas del Dueño algo que se le ocurrió. el castigo es que el objeto no se acostaría hoy hasta haberle enviado al Dueño todas las entradas pendientes del blog. el Dueño tardó un poco en aceptar, tras preguntar si era consciente de lo que estaba proponiendo. el objeto dijo que sí y así quedó establecido.
el objeto estuvo trabajando en el blog toda la tarde y terminó ya de noche.
lo más importante fue la sensación de sumisión, devoción hacia el Dueño y agradecimiento que sintió el objeto todo ese tiempo.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
"Te has portado como un humano", fue su sentencia. por supuesto fue demoledora. esto ya sentía vergüenza y remordimiento. el castigo se ha vuelto algo necesario, imprescindible. después de considerar algunas posibilidades, el Dueño castigó al objeto con el propio castigo, diciéndole que se lo impusiera él mismo. la crueldad era evidente. no sólo tenía que pensar en el castigo sino decidirlo. al principio el objeto dudó, pero al final puso bajo las botas del Dueño algo que se le ocurrió. el castigo es que el objeto no se acostaría hoy hasta haberle enviado al Dueño todas las entradas pendientes del blog. el Dueño tardó un poco en aceptar, tras preguntar si era consciente de lo que estaba proponiendo. el objeto dijo que sí y así quedó establecido.
el objeto estuvo trabajando en el blog toda la tarde y terminó ya de noche.
lo más importante fue la sensación de sumisión, devoción hacia el Dueño y agradecimiento que sintió el objeto todo ese tiempo.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario