hace poco el objeto leyó un mensaje de un Amo diciendo que a El le gustaban los esclavos más raros: aquellos que encontraban su satisfacción no a nivel sexual siendo follados sino los que lo encontraban en el servicio mismo. por las características del objeto esto piensa que se podría considerar de esa categoría. no es la satisfacción sexual lo que hace que el objeto sirva al Dueño y le pertenezca, es el servicio por el servicio, la sumisión por la sumisión, la entrega por la entrega. tal vez por eso la castidad esté tan extendida, porque no aspiramos a ninguna satisfacción sexual. sencillamente realizamos lo que somos, servimos y obedecemos. no hay más. de hecho el objeto ha llegado a un punto en que no espera ninguna reciprocidad por parte del Dueño, ni atención, ni respuesta, ni nada. sabe que se producirá porque el Dueño siente placer haciéndolo, dándole vida al objeto, pero no es necesario. muchas veces esto se ha comparado con alguna de las botas del Dueño, que espera pacientemente en el armario hasta que un día el Dueño decida usarlas y darles vida. algo así ocurre con el objeto, con una salvedad. incluso las botas del Dueño son superiores a este objeto.
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