una habilidad que siempre ha maravillado al objeto, es la capacidad de los Superiores de controlar y dominar con la mirada, exclusivamente con la mirada. algunos no tienen que hablar, que pronunciar palabra, ni cambiar el gesto. sencillamente mirando hacen que los demás les obedezcan, al menos en el mundo vanilla; y que los inferiores se sometan, en el mundo bdsm. es una cuestión, además, que no tiene edad. un Amo, un Superior, desarrolla esa habilidad en la adolescencia, o incluso antes. es cierto que a veces se confunde un niño caprichoso con un niño autoritario, pero eso se va dilucidando con la edad. es cierto que la experiencia no se improvisa, y ese instinto natural hay que moldearlo y desarrollarlo con habilidades, técnica y experiencia. un Dominante no es un caprichoso, ni un veleta, justo al contrario. es alguien firme, bien asentado, maduro y con las ideas claras, seguro de sí mismo, pero a la vez flexible y estricto. no hay que confundir ambas cosas. definitivamente Dominación no es sinónimo de capricho.
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