nuevamente el objeto ha tenido que quitarse la jaula para limpiarse porque se habían quedado restos de orina y olía. la higiene es complicada con la jaula y hay que extremarla. la cuestión es que quitársela fue todo un tormento. los testículos no pasaban por la anilla y era muy doloroso. al final consiguió el objeto sacarlos y se dio cuenta que el apéndice estaba más pequeño y los testículos más grandes. después de limpiarse el objeto volvió a ponerse la jaula tocándose lo menos posible. también fue todo un sufrimiento. cuando terminó el objeto pensó: "ojalá no tuviera que quitármela nunca más". sabe que no será así porque tiene que limpiarla, eso es inevitable.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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