el confinamiento hace que el objeto haya dejado de usar botas. no sale así que no tiene que llevarlas. y las echa de menos, mucho. en compensación esto es mucho más consciente de la jaula y de la castidad. tener tiempo para pensar y estar inactivo hace que la mente se centre más en la esclavitud y en el hecho de que "de facto" está castrado. en otro tiempo hubiera pasado toda la cuarentena mastubándose hasta quedarse en carne viva.
el objeto ha pasado toda la mañana encadenado y con el collar puesto. los grilletes de cuero no son como los de metal pero sirven. impiden que el objeto pueda moverse libremente y le hace caer en la cuenta de cual es es su lugar.
hoy esto se ha sentido muy sumiso, muy inferior y le ha escrito varias veces al Dueño que siente que está por debajo de sus botas. mientras lo decía se imaginaba en el suelo con las botas del dueño sobre esto, presionándolo.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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