la primera vez que el objeto vio esta foto le pareció exagerada y algo agobiante. se preguntó cómo debía sentirse el esclavo ahí metido. lo veía algo extremo. diez años de entrenamiento más tarde la visión del objeto es diferente. no sólo no lo ve igual sino además lo ve con algo de envidia, con bastante envidia. ahora sabe que no es un esclavo sino un objeto, un sumiso que ha profundizado enormemente en la entrega y la sumisión, que deja de tener rasgos humanos y que la privación sensorial es su estado "natural". sin vista, oír, hablar, es un nuevo objeto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario